lunes, 7 de marzo de 2011

"Mi amiga la Brujita Clarita"

Aquella noche no podía dormir. Algo me tenía un poquito nervioso y preocupado. Al siguiente día, yo, Benjamín Díaz, entraba a Primero básico.

Me costaba hacer amiguitos, me daba mucha vergüenza acercarme a otros niños y al final siempre me quedaba solito en los recreos. Por lo menos así sucedió en el jardín. No quería que la historia se volviera a repetir ahora que ya era un niño grande.

Pensando y pensando cómo podía hacer amigos en el colegio, se me pasó la hora y dieron las 12 de la noche. Estaba acostado dándome vueltas en la cama de aquí para allá y de allá para acá. ¡No conseguía dormir! Sentía todos los ruidos: Los autos pasando en las calles, los perros ladrando, los gatos en los techos, los pasos de las personas que deambulaban a esa hora…De repente, todo quedó en silencio. La noche estaba más oscura de lo normal y todo parecía haberse detenido. A decir verdad me asuste mucho, porque sentía que alguien, de alguna forma, hubiese detenido el tiempo.

Me daba miedo levantarme de la cama y ver lo que sucedía, y cuando finalmente me armé de valor, sentí que algo cayó en el techo. Me avergüenza admitir que lo único que pude hacer fue dar un fuerte grito: “MAMÁAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!” pero nadie contestó… entonces alguien tocó mi ventana “toc toc toc” y escuché la voz de una niña que decía “Oye niño humano, no te asustes que no hago daño”. Miré por la ventana y ahí estaba…una niña como de mi edad, con ropa muy rara ¡y en el techo de mi casa! La niña volvió a hablarme: “no te quedes parado así, ¡ábreme la ventana de aquí!” Corrí a abrirle y la niña entró a mi cuarto refunfuñando “Parece que de nuevo hice el hechizo mal, quizás faltó otro poco de sal…”

Yo estaba ahí parado sin entender nada, y la niña me quedó mirando, como si me estuviera examinando. “Si no fue la sal lo que falló, tal vez el niño humano no se hechizó”. Luego, como si nada, la niña se presentó: “Soy una brujita y me llamo Clarita, vengo del mágico mundo buscando a mi gato Edmundo”.

Nunca imaginé que hubiese un mundo mágico donde las brujas existieran. Esa noche, Clarita me explicó entre rimas que las brujitas como ella solo pueden estar unos instantes en la tierra, por lo que deben detener el tiempo para poder venir y que nadie las vea, que usualmente todos quedan congelados y que era la primera vez que un niño humano no era afectado por el hechizo. Me contó también que su gato Edmundo se escapó porque le gusta venir al mundo humano a jugar con otros gatos diferentes a él.

“Si quieres me ayudas a buscarlo, tal vez juntos podamos encontrarlo” me dijo Clarita e hizo aparecer una escoba voladora con un hechizo que decía así “zufurafalula faluzazufula, volaremos por la noche a la luz de la luna”. Salimos volando por la ventana. Me parecía divertido ver a la gente que se había quedado detenida en el tiempo, pero sobretodo, no podía creer que yo estuviese volando en compañía de una bruja. Nos reímos y divertimos mucho, Clarita era muy simpática. Mientras volábamos, le conté sobre mi preocupación por hacer amigos en el colegio. De repente, en uno de los techos de las casas del barrio, Clarita vio a su gato Edmundo y volamos hacia allá.

Edmundo gato inmundo ¿por qué te vas sin avisar?” Edmundo saltó a mis brazos y se acurrucó. Clarita al ver esto me dijo “¿ves como te quiere el gato? ¡Si hasta le gustan tus zapatos!” y luego continuó diciendo: “Que no te avergüence buscar amiguitos, si tú eres un niño simpático y loquito”.

Al final Clarita la brujita me dejó en mi ventana, deshizo el hechizo diciendo “zufurafalula faluzazufula, descongelados todos a la luz de la luna” y desapareció en el cielo iluminado solo por las estrellas y la luna.

Me acosté en la cama y cerré mis ojos. Al otro día parecía que todo había sido un sueño. Sin embargo, Clarita la brujita dejó en mí la seguridad para hacer amigos en el colegio, y así fue. Jugué a la pelota con mis compañeros e hice buenos amigos ¡Y yo los invité a jugar!

Ahora por las noches dejo siempre mi ventana a medio abrir por si Clarita quiere venir, quizás el gato Edmundo se vuelva a escapar y yo la ayudaré nuevamente a buscar, así le daré las gracias por ser mi primera amiguita.


~FIN~

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